viernes, 6 de marzo de 2009

La violencia contra la mujer en Argentina


En Catamarca, más de dos mil casos por año

En Catamarca se mantiene un promedio de 6 denuncias diarias por actos de violencia contra las mujeres, más de 2 mil al año. Los especialistas estiman que por cada hecho denunciado ocurren, como mínimo, otros tres que no se revelan, situación que confirma la magnitud de este problema. En el 90 por ciento de los hechos denunciados, el agresor es la propia pareja de la víctima.
El último informe del departamento de Investigaciones Judiciales de la Policía de la Provincia señala que en 2006 hubo 858 casos de violencia, de los cuales el 50 por ciento fue por maltrato físico. Hasta septiembre del año pasado, se registraron 783 casos, de los cuales el 58 por ciento corresponde al maltrato físico.

Cifras igualmente preocupantes ofrece la Dirección de Derechos Humanos, que en 2007 atendió unos 557 casos y cerca de 590 consultas por violencia doméstica (los números corresponden a 2007 pero son parciales), mientras que en 2006 se registraron 700 casos y hubo más de 300 consultas, lo cual indica que esta problemática va en aumento a pesar de la disminución de las consultas en el organismo.

El Departamento de Asistencia a la Víctima informó que en el 90 por ciento de los casos de violencia, la víctima es la mujer, y entre el 80 y el 90 por ciento de los casos, es su esposo o pareja el autor de la agresión. Mientras que en los casos de abuso sexual, el 80 por ciento de los agresores son personas muy próximas a la víctima.

En Catamarca, los hechos de violencia doméstica representan un 72 por ciento de los delitos contra las personas, pero cuando avanzan las causas judiciales las mujeres se retractan de lo que dijeron en las denuncia para no perjudicar a sus parejas.

En 1998 la Legislatura catamarqueña sancionó la Ley 4943, que abordaba la problemática de la violencia familiar, pero lamentablemente nunca fue reglamentada.


Entre Ríos: cinco meses, cinco mujeres asesinadas

Desde diciembre de 2007 a marzo de 2008, en Entre Ríos cinco mujeres fueron asesinadas por la violencia ejercida por sus maridos o ex parejas y, dos salvaron milagrosamente su vida. En la provincia no existen datos estadísticos que den cuenta sobre los casos de femicidios ni tampoco sobre la cantidad de denuncias que se realizan por violencia doméstica o de género. Sólo en la ciudad de Paraná, se registran un promedio de una a dos denuncias por violencia familiar.

Los escasos datos que se conocen, son los que arrojan las páginas de la sección Policiales de los diarios o sobre las proyecciones que se hacen sobre esta problemática.

Las legislaciones vigentes tanto nacional como la que existe en Entre Ríos (bajo el número 9.198) establecen un marco legal preventivo y asistencia para la atención de situaciones de violencia familiar (que abarca a todos los integrantes del núcleo familiar conviviente), pero si se habla de violencia de género, como tal, la norma resulta ignominiosa.

El 90 % de los casos que ingresan a Tribunales (es decir por denuncias concretas), están encuadrados en la Ley 9.198, es decir “son víctimas de daños psicológicos o físicos, maltrato o abuso por parte de algún integrante del grupo familiar conviviente”.

El papel de las ONG´s. Por falta de una política Estatal, en la provincia distintas organizaciones no gubernamentales y grupo de mujeres, son las que actualmente están trabajando, incansablemente, en esta problemática. En Paraná, un grupo de militantes sociales crearon MUPEA (Mujeres Unidas en la Prevención del Embarazo Adolescente), entidad adherida al Foro por los Derechos de las Mujeres, y su tarea está centrada en el barrio Paraná V, donde a diario se realizan talleres y charlas sobre violencia de género.

En Tucumán, en un año se asistieron 1.300 casos

En los últimos seis meses, el Departamento de Prevención y Asistencia de la Violencia Familiar de la provincia de Tucumán atendió y asistió 1.300 denuncias de mujeres, víctimas de la violencia. En la mayoría de los casos, el agresor era la pareja o cónyuge. La titular del área, Rosa Alastuey, dijo que, respecto del año pasado, los casos de violencia se han incrementado un 30%. Y por día la cifra aumenta en la línea telefónica 102, que es gratuita, como en las comisarías y en los juzgados de Familia.

En lo que va del año, y en menos de tres meses, cuatro mujeres murieron asesinadas por sus parejas: Graciela del Valle Rodríguez, de Los Nogales, fue muerta a puñaladas por su esposo Sixto Aranda, el 17 de enero. El otro caso, se registró el 10 de febrero y el agresor fue un oficial auxiliar -Marcelo Pérez- quien golpeó a su mujer, Mariana del Carmen Espinoza, hasta matarla.

En tanto, Alba Estela Ponce murió a tiros el 12 de febrero, en el comedor de La Cartujana, a manos su ex pareja Héctor Benito Delgado, quien luego del homicidio se suicidó. El primer domingo de marzo la violencia se cobró la vida de una cuarta mujer, Romina del Milagro Pistán, quien fue degollada por su pareja, Carlos Alvarez. El homicida luego se quitó la vida. La situación se agrava: en un año, suman 13 las mujeres víctimas de la violencia doméstica.

El viernes, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, fue presentado el Protocolo Básico de Actuación en Casos de Violencia contra la Mujer, cuya importancia radica en que se señala allí la manera de proceder y el comportamiento que deben asumir los funcionarios públicos y las asociaciones civiles ante la recepción de una denuncia sobre violencia de género.

Santa Fe: sin estadísticas, sin personal

En la ciudad de Santa Fe, por la diversidad y la falta de articulación entre los diferentes espacios donde se denuncia y atienden los hechos de violencia, no existe un registro único de casos. En el Equipo de Violencia Familiar, que depende del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, cuentan con sus propias estadísticas: en los primeros tres meses del año, contaron un centenar de casos en curso (150 si se suman los que están en trámite de tratamiento). Cincuenta corresponden a maltrato conyugal; 11 a abuso infantil; 23 a maltrato infantil y 6 de violencia cruzada, además de 9 que corresponden a otras situaciones.

Vale la pena hacer algunas aclaraciones: de los casos de maltrato conyugal la gran mayoría, si no todos, tienen a la mujer como destinataria de la violencia. “Por eso es que la violencia familiar se tiene que trabajar si o si desde una perspectiva de género”, opina la psicóloga Romina del Pozo, integrante del Equipo.

La abogada Sara Cadoche remarca que los Tribunales de Familia están sobrecargados de tareas y tienen personal insuficiente.

Si bien la violencia es un delito, y como tal conlleva una pena, aún las mujeres que deciden transitar el camino de la denuncia se topan con ciertas dificultades. La credibilidad es la primera: “Todavía es difícil demostrar la violencia moral, la violencia emocional, la violencia síquica”, asume Cadoche y agrega que “falta apertura en los jueces- al menos locales- para evaluar estos casos”.
Sin duda la sanción de la ley de violencia familiar contribuyó muchísimo con la solución de la problemática. Pero en general la solución no pasa por allí. Para Laura Manzi la norma es ``un instrumento más', que encuentra una salida en ``cambios personales en la situación de las víctimas y cambios sociales que puedan ayudar a las víctimas'.
Con el pedido de aplicación de la ley se inicia un camino que no garantiza un control externo que salvaguarde a la persona acosada. Eso depende de la asistencia que se le brinde y de la sociedad que la acompañe.

Mendoza: números que no dan cuenta del fenómeno

En Mendoza el Instituto de la Mujer tuvo un deficiente funcionamiento durante 2007, según su actual titular Mariana Hellin. Por ende, el número de denuncias no es representativo del fenómeno en la provincia.
"En el camino, la mujer se encuentra con filtros hasta llegar a la Justicia. Una vez que llega al Juzgado hay otro problema. En materia de violencia no hay una ley provincial, no hay un procedimiento que diga qué pasos hay que dar, en qué plazos. Por lo tanto depende del criterio del juez, que muchas veces lo aplica desde una mirada tutelar y no de derecho", explicó la abogada y titular del Instituto de la Mujer, Mariana Hellin.

La jueza de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Aída Kemelmajer, analizó la violencia intrafamiliar desde los organismos involucrados con esta problemática y afirmó que la principal falencia del sistema es la "falta de coordinación entre los distintos organismos y la falta de programas" que den solución a este tema.
Por otra parte un grupo de profesionales de salud mental de los Tribunales de Familia de Mendoza analizó cuáles son los rasgos de personalidad y los trastornos psíquicos que sufren las mujeres inmersas en círculos violentos. En las mujeres que son víctimas de violencia predominan las características depresivas y una baja autoestima, como rasgos psicológicos sobresalientes. Los signos que pueden detectarse y la sintomatología característica de una mujer que sufre la violencia de su pareja son: la pasividad, escasa asertividad, baja autoestima, inseguridad, dependencia emocional, sentimientos de temor e indefensión vinculados a la pareja, entre otros. Rasgos que, sumados a las falencias del sistema, dificultan la salida del círculo de violencia.


Extraido de: http://www.periodismosocial.org.ar/notacompleta.cfm?id=3449

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